En este momento en el que tenemos el foco puesto en las enfermedades respiratorias, comienzan a surgir dudas de qué tratamientos y dispositivos médicos podríamos utilizar en nuestro hogar para ayudar al organismo a respirar mejor.
Anteriormente, los pacientes que presentaban problemas respiratorios como EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), Influenza, neumonía y otras enfermedades respiratorias, tenían que recurrir al uso de tanques o cilindros de oxígeno.
Actualmente existe el concentrador de oxígeno, una herramienta que le ofrece a los pacientes una solución más práctica, segura y económica para ser utilizada en casa y que es usada principalmente para proporcionar oxígeno a pacientes con enfermedades respiratorias.
Aún así, es común confundir el concentrador de oxígeno con los balones de oxígeno, por esta razón, hemos realizado una lista de las principales diferencias entre estas dos alternativas.
Tabla de Contenido
Diferencia entre un concentrador de oxígeno y un balón o tanque de oxígeno
Los balones de oxígeno que se utilizan en los hospitales, clínicas y por los paramédicos, son dispositivos que tienen una determinada cantidad de oxígeno comprimido en ellos, es decir, son contenedores de oxígeno. Estos se utilizan para realizar terapias respiratorias, para reanimar pacientes (resucitación), en unidades de cuidados intensivos o para colocar anestesia, entre otros.
Por otro lado, un concentrador de oxígeno es un artefacto que toma el aire del ambiente, lo filtra y después lo comprime de forma continuada, por lo que el suministro de aire jamás se agota a diferencia de lo que sí sucede con los balones de oxígeno.
Dicho de otra manera; la principal diferencia entre un balón de oxígeno y un concentrador de oxígeno es que el primero cuenta con una cantidad finita de oxígeno comprimido y solo contiene oxígeno previamente cargado, es decir, no lo produce, mientras que los concentradores tienen un suministro infinito de oxígeno, siempre y cuando el aparato que se está utilizando esté conectado a una red de energía o tenga una batería que le permita mantener activo el mecanismo.
Otra diferencia importante que hay que tener en cuenta, es que todos los balones de oxígeno entregan oxígeno en un flujo continuo, mientras que los concentradores de oxígeno, tienden a variar la administración de dosis de oxígeno según el diseño o función del dispositivo que se esté utilizando. Por ejemplo, existen modelos que aplican dosis de oxígeno según el pulso del paciente, lo cual en muchos casos es el óptimo en tratamiento de oxigenoterapia.
Ventajas de los concentradores de oxígeno vs. tanques de oxígeno
Como se mencionó anteriormente, hoy en día existen concentradores de oxígeno que tienen dosis ilimitadas, además la mayoría de los modelos son portátiles, seguros y fáciles de transportar, lo que simplifica la aplicación del oxígeno de un adulto mayor en cualquier parte donde se encuentre.
Algunas de las ventajas de los concentradores de oxígeno portátiles son:
Tamaño
La pureza del oxígeno en un concentrador es igual a la del tubo de oxígeno a pesar de que los dos dispositivos tienen tamaños muy diferentes. Los balones de oxígeno son voluminosos y pesados (hasta 55 kg), mientras que un concentrador de oxígeno portátil está diseñado para poder ser transportado de forma fácil, algunos pueden pesar menos de 2.2 kg dando portabilidad y movilidad.
Disponibilidad de oxígeno
Una de las diferencias ya mencionadas anteriormente es la disponibilidad de oxígeno. Mientras los balones de oxígeno pueden quedarse sin oxígeno porque cuentan con una cantidad limitada, un concentrador nunca se quedará sin oxígeno mientras tenga aire disponible y una batería u otro suministro de energía que le permita funcionar.
Costo
Otra ventaja de los concentradores de oxígeno es el costo. Los balones hay que sustituirlos de forma periódica o hacer recargas de oxígeno, lo cual resulta tedioso y también costoso, por ejemplo si el paciente necesita dos litros por minuto, puede que en un mes se realicen 3 o 4 recargas de los tubos de oxígeno.
En cambio, el concentrador de oxígeno una vez que se compra se puede utilizar siempre, así que la inversión se hará únicamente una vez. La ventaja es que el dispositivo se puede ocupar de forma continua sin necesidad de estar atentos de hacer recargas. Un concentrador de oxígeno es una buena opción a largo plazo.
Dispositivo más seguro
La otra diferencia recae en la seguridad de uso de ambos artefactos. Los balones de oxígeno pueden representar un riesgo si el oxígeno llegase a filtrarse en el lugar de uso, dejando el ambiente potenciado de oxígeno, aumentando el riesgo de incendio y dificultando la extinción del fuego.
A diferencia de los concentradores de oxígeno, es que son dispositivos más seguros, ya que aportan dosis controladas. Un claro ejemplo son los que otorgan dosis de pulso. Estos dispositivos crean oxígeno según la necesidad del paciente, eliminando la preocupación de fugas al ambiente.
Ahora que ya sabes la diferencia entre los balones o tanques de oxígeno y los concentradores de oxígeno, te recomendamos que busques asesoría de tu doctor para poder evaluar la opción que mejor se adapte según tus necesidades.
Por el contrario, si prefieres un concentrador de oxígeno, deberás considerar algunos aspectos como el tamaño del dispositivo, el suministro de oxígeno, el uso que se le va a dar y las indicaciones dadas por el especialista en salud según la enfermedad respiratoria que se quiere tratar. La opción que decidas debe ser la que mejor se adapte a tus necesidades.