La irradiación con luz ultravioleta es eficaz frente a microorganismos y también es útil para desinfectar objetos pequeños del nuevo coronavirus, pero con precaución.
Ante la actual crisis del coronavirus, los métodos para limpiar y desinfectar cualquier tipo de superficie o dispositivo son tema de discusión en todo el mundo. Entre ellos, el uso de la luz ultravioleta como potencial desinfectante se ha posicionado como una alternativa al uso de sustancias de limpieza más estudiadas y conocidas como la lejía, pero cuyo uso sería más rápido, dejando menos residuos, y más adecuado para su uso en dispositivos tecnológicos como ordenadores, móviles o tabletas, entre otros.
De momento, el lavado de manos y el distanciamiento entre personas siguen siendo las precauciones generales y más eficaces, además del uso complementario de mascarillas incluso de fabricación casera, junto a la limpieza y desinfección exhaustiva tanto del lugar de trabajo como el familiar.
La irradiación con luz ultravioleta o luz UV se ha usado durante mucho tiempo para esterilizar superficies y estancias, por lo que tiene lógica su interés frente al SARS-CoV-2 dada su demostrada eficacia frente a otros microorganismos.
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¿Cómo funciona?
La radiación ultravioleta de tipo C tiene potencial para matar a estos virus, pero también puede dañar el ADN; de hecho eso es lo que sucede cuando se sufren quemaduras solares en la piel humana y se dañan células epidérmicas; el daño se produce en el ADN de dichas células.
Algunas empresas como Seoul Viosys ya han asegurado que sus dispositivos LED-UV pueden esterilizar cualquier superficie de coronavirus con un 99.9% de eficacia en apenas 30 segundos.
Dada la peligrosidad de la luz UV-C, la cual puede causar desde quemaduras hasta lesiones oculares, aún será necesario seguir investigando y avanzar tecnológicamente para que su uso sea eficiente y seguro. En un informe recientemente publicado en ACS Photonics, Zollner y sus colegas sugieren un método para fabricar luz LED ultravioleta profunda de tipo UV-C de alta calidad.
¿Es eficaz?
Hasta el momento, y a pesar de que el causante del COVID19 es totalmente nuevo, se especula con que la luz UVC también podría usarse como potencial desinfectante. Y de hecho se sabe que se ha producido un significativo aumento de las ventas de los dispositivos portátiles capaces de producir luz UVC con un objetivo desinfectante. Incluso en algunos hospitales de Estados Unidos se usa este método para esterilizar habitaciones y mascarillas. En España, por el momento, ya hay quejas y denuncias por reutilizar EPIs sin demasiada base científica al respecto.
En estudios con otros coronavirus, como los causantes del SARS y el MERS, se pudo comprobar que realmente la luz UVC sí inactiva a estos virus, por lo que en el caso del coronavirus causante de la COVID-19 tendría sentido su uso.
Sin embargo, cabe recordar que este método no está hecho para usarse sobre tejidos vivos. Es decir, no debería ser un método de desinfección alternativo al lavado de manos.La radiación UV daña el ADN humano, causando desde cáncer de piel hasta cataratas en los ojos, por lo que solo debería usarse sobre superficies u objetos.
Limitaciones
Aún así, existe un estudio publicado en Nature donde sí se comprobó que un espectro en particular de luz UV, el espectro UV-C lejano, sí inactivaría bacterias sin dañar la piel en los mamíferos. Esto se debería al hecho de que la luz UV-C no puede penetrar las capas externas de la piel ni los ojos en humanos, pero sí atravesar bacterias y virus por su pequeño tamaño, llegando a inactivarlos. De hecho, en esa misma misma investigación se sugirió que las lámparas UV-C podrían erradicar virus en el aire sin dañar a las personas.
Actualmente, los dispositivos de luz UV que existen en el mercado están pensados para la desinfección de aparatos tecnológicos, como smartphones o tabletas, que de hecho son vectores de contagio tanto del actual coronavirus como de otras enfermedades contagiosas cuyos causantes sobrevivan horas o días en materiales no vivos. Los móviles nos acompañan a cualquier parte, incluso comiendo o realizando ejercicio, y no solemos lavarnos especialmente bien para usarlos.
En el espectro de luz UV hay luz UV-A, UV-B y la mencionada UV-C; esta última es la única que ha demostrado poder matar microorganismos, pero tiene limitaciones. Funciona sobre dispositivos, pero no puede penetrar en rincones o grietas en una habitación por ejemplo, o entre botones o fundas de móviles. Y su eficacia dura lo mismo que el tiempo que el dispositivo o la habitación desinfectada se usen.
Es decir, una vez se vuelve a dar uso a la superficie desinfectada, hay una nueva posibilidad de infección, y una nueva necesidad de desinfección posterior; el uso de luz UV-C no previene de nuevas infecciones posteriores.
Los dispositivos que hacen uso de la luz UV-C en general son rápidos, y útiles en cualquier ámbito. Sin embargo, el espectro que usan los dispositivos portátiles que pueden adquirirse actualmente no es el UV-C lejano que no dañaría la piel humana, por lo que su uso sobre el organismo humano es peligroso.
En el mercado existen algunos tipos de dispositivos pensados para desinfectar smartphones o incluso para desinfectar botellas de agua, como la tapa de las botellas LARQ. Hay otros dispositivos más generales, cuyo uso está pensado para múltiples dispositivos, como ropa por ejemplo.